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CREEMOS EN LA RESURRECCIÓN Y LA INMORTALIDAD DE LOS CREYENTES EN JESUCRISTO.
La resurrección y la inmortalidad del creyente es una promesa dada por nuestro Señor Jesucristo (Juan 11:25-26), al tener un cuerpo mortal y corruptible como creyentes tendremos que morir, siendo presa del postrer enemigo la muerte; la cual Jesucristo finalmente destruirá (1aCorintios 15:26), esto será hasta que Jesucristo venga y nos lleve con Él. (1a. Tesalonicenses 4:13-16). Sabemos por su palabra que esto acontecerá en la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo y será al mismo tiempo de forma concurrente o paralela como lo dice en su palabra, pues todos los creyentes salvos y fieles de todas las épocas que ya han muerto (Juan 5:28-29) y los que vivan en la segunda venida del Señor Jesucristo, seremos transformados en un instante (1a. Tesalonicenses 4:17; Mateo 24:30-31; Juan 5:25) y a partir de ese momento todos, unos y otros seremos hechos inmortales y nunca más estaremos sujetos a la muerte, (1a Corintios 15:20-23) tendremos cuerpos incorruptibles, glorificados e inmortales por toda la eternidad, (1aCorintios 15:52-54) y estaremos por siempre con Él y viviremos en un nuevo cielo y en una nueva tierra por toda la eternidad, para adorarle en un reino eterno donde no habrá más pecado, pena ni sufrimiento.
CONCLUSION: Dios nos dio una regla para guiarnos en nuestra vida es la palabra de Dios y son la única regla de fe y obediencia y procede de Dios, por lo cual los que la escribieron fueron inspirados por Dios (2a Pedro 1:21). Estudiando la Palabra de Dios podemos aprender lo que debemos saber en cuanto a Dios y lo que debemos hacer para glorificarle a Él. La Biblia nos enseña muchas cosas, pero el enfoque principal de su enseñanza tiene que ver con el fin principal del hombre con la eternidad.
CARTA DE DOCTRINA
Ministerios Cristianos Pueblo del Todopoderoso A.R. no pertenece a ninguna denominación, somos Bíblicos y Cristo céntricos. Ministerios Cristianos Pueblo del Todopoderoso A.R., reconoce y pondera como puntos esenciales doctrinales de nuestra Iglesia, los siguientes:
